PREGON DE LAS FIESTAS DE 2.002 (Antonio González Carballo)
En honor a Nuestra Señora la Virgen del Rosario. Agosto 2.002
Señores Alcalde y Cura-párroco o Cura-párroco y alcalde, concejalas, concejales y demás autoridades, queridos paisanos y familiares, amigos y convecinos, conocidos y desconocidos, integrantes de peñas y carrozas, visitantes y forasteros. Un saludo emotivo de corazón agradecido por haberme invitado para abrir junto con vosotras y vosotros estas fiestas en honor de Nuestra Madre del Rosario en este curioso, esperanzador y capicúa 2.002.
Hacer un pregón en el pueblo que te vio nacer, encierra su dificultad, dice la sabiduría popular que nadie es profeta en su tierra. En esta tarea surgen las vivencias personales, subjetivas, los recuerdos nostálgicos y cariñosos de tantas personas cercanas a uno.
Este pregonero, que salió del pueblo a los diez años, aunque no ha dejado de venir, recuerda que en su niñez, la vida cotidiana estaba regida por el reloj de la Villa que aún hoy cansado por la edad, preside la torre de la Iglesia; las campanas, tocadas por Eugenia, con sus toques de mañana, mediodía y atardecer decían a personas y animales ahí está vuestro pueblo, volved. Otros toques del campanario continúan distribuyendo tristezas (fuego, toque de gloria, de duelo) o alegrías (repique por un nuevo Papa, o fiestas de solemnidad).
A toque de trompeta el pregonero o Anita, la última pregonera, voceaba en cada esquina, dando consejos publicitarios, recomendaciones comerciales, pérdidas de objetos, noticias u órdenes de la autoridad. Había distintos pregones de uno, dos o tres toques y un soniquete muy especial.
Con el debido respeto a los presentes, recuerdo un día.
Tuuuu. Se hace saber al vecindario en general que ha sido instalada una televisión en el Casino de Juanito.
- Abuelo han pregonado. Pero ¿qué es un televisor?
Mi abuelo debió explicarme que era algo así como una radio pero se veía la persona que hablaba. Aquello fue todo un acontecimiento, supuso una revolución. Por una peseta que costaba un refresco, pasábamos la tarde de los domingos, viendo: "El Llanero Solitario" o "Las aventuras de Rin, Tín, Tín", el gol de Marcelino cuando España ganó la Eurocopa, la llegada de Neil Amstrong a la Luna; hasta los tajos de segadores dejaban las hoces para ver torear a "El Cordobés" y cada Viernes Santo, tras el Vía Crucis escuchábamos el Sermón de las Siete Palabras.
La historia más reciente de nuestro pueblo, está escrita por personas sencillas, anónimas, personas que han aportado su esfuerzo, su alegría, su tesón para ir construyendo lo que somos en el siglo XXI.
Mujeres que además de ser esposas, madres y atender algún abuelo, compartían las tareas domésticas con el huerto, la era, remojar los vencejos en Las Pilas, lavar lana en La Esperanza, traer los cántaros de agua, segar alfalfa, engordar el gorrino, los corderos y el pollo de Nochebuena y se sentaban en la Iglesia a descansar mientras rezaban los misterios del Rosario.
Hombres que han trabajado el campo de sol a sol regando en el Cerrillo Blanco, sembrando judías en las Puentecillas, sacando patacas en Candegalga, segando en El Pozanco, vendimiando en la Fuente El Gallo, cogiendo cerezas en el Vallejo de la Sierra, desvestugando olivos en la Cañadilla, binando el azafrán en la Cueva la Zorra, echando abono en El Alto los Olmos, cogiendo aceituna en San Pantaleón, escardando el cebollino en La Huerta del Concejo y en los fríos inviernos, con sus abarcas y trajes de pana, trayendo leña de la Cruz del Responso y del Cerro Santo.
Cada domingo de verano, tras una larga jornada de siega, al anochecer la misa dominical, para pedir una buena cosecha o echar una cabezadita, que de todo había. Al terminar las mozas y mozos acudíamos al salón de baile donde nos movíamos al son de "Un rayo de sol", canciones del Dúo Dinámico, o a ritmo de pasodoble ayudábamos a buscar el carro a Manolo Escobar.
Escuchad, un momento, algo suena a lo lejos.
Tuuuu, tuuuu. De orden del Jefe de la Hermandad de Labradores y Ganadores se hace saber que mañana día de San Antonio los rebaños pueden entrar a los entretrigos.
- Padre han pregonado. ¿Qué son los entretrigos?
Mi padre, Félix, me dijo que había abundantes pastos en las veredas de los sembrados, mañana irán allí los rebaños, y a media mañana, los pastores podrán celebrar la fiesta de su patrón. En aquella ocasión, me tocó acompañar de zagal, a aquella buena persona, con sus cariñosas palabras, era Gregorio, el pastor, su defecto físico nunca le hacía perder su amplia y franca sonrisa.
Tengo que confesar, una vergüenza de acarreador, a los 8 años una mula tiró la carga, pero surgió mi salvador, una persona que recorría todo el término, vigilando sin ser visto, era Regino, el guarda municipal, mi vecino, gracias a él que puso la albarda y cargó los haces de trigo, continué el camino como si nada.
Cómo no hacer mención a la trilla, vueltas y más vueltas medio dormido en las Eras de la Gancha, donde los vecinos se auxiliaban cuando la tormenta amenazaba mojar la parva, allí estaban las familias del tío Bernabé, tío Vicente, Francisco, el tío Mariano y el tío Pablito con sus dichos, refranes y predicciones meteorológicas y cuando soplaba el solano las mulas trillaban, digo bailaban al ritmo de las rancheras cantadas por Jesús el de Deogracias.
Luego estaban los amigos, que nos arrastrábamos sobre vencejos desde la Era Alta, jugábamos con la vejiga del cerdo en la matazón y en las noches de junio el juego de "la malla" o "el bote", decenas de muchachas y muchachos de las calles del Hospital, el Castillo y Nuestra Señora del Pilar, animados por las bromas y la amplia risa de Felipe.
Un recuerdo especial a compañeros de juegos que hoy nos contemplan desde las estrellas: Antonio Ballesteros, Miguel González y mi primo Tomás.
Cómo no recordar, las mozas y mozos de los sesenta (hoy jóvenes cincuentones) aprendimos a bailar la jota, y gracias a la paciencia y dedicación de Don Manuel preparamos cabalgatas de Reyes y la obra de teatro de Carlos Arniches, el tío Miseria, todavía recuerdo a Sixto frente a mí en el escenario, quedando perplejo cuando yo confundí una frase del libreto.
Tuuuu, tuuuu, tuuuu. De orden del Señor Alcalde, se hace saber que mañana todos los vecinos deben limpiar las calles por ser la fiesta del Rosario.
- Madre, ¿Por qué hay que limpiar las calles para esa Señora?
Concha, mi madre, me dijo que estamos honrando a nuestra Madre Común, la que todo buen hijo del Villar lleva en su corazón, la Virgen María bajo la advocación del Santo Rosario, pensando en Ella a todos nos irá mucho mejor a lo largo de nuestra vida.
Surgen hechos que forjan la devoción de un pueblo a la Virgen.
Cada mañana a la escuela. ¡Buenos días Doña Ascensión! ¿Ha dormido Usted bien?, nuestra maestra con paciencia enseñó a medio pueblo la "a, e, i, o u" y don Marcelino que despertaba la inquietud por saber, nos alegraban cada tarde de mayo llevando flores a María que Madre nuestra es; perdónanos Gran Señora, pues nuestra alegría infantil no era tanto por verte sino por cerrar la Enciclopedia media hora antes de lo habitual.
A tus pies junto al altar de San Julián, aprendimos el Ave María, la Salve y que tus ojos son misericordiosos, nos lo enseñaba, mérito el suyo, nuestra catequista de Primera Comunión, María Luisa de la Cruz.
Este pregonero, que todavía no había cumplido los seis años, recuerda un hecho que nunca olvidará ocurrió el 31 de mayo 1.957, era la Coronación de la Virgen de las Angustias, mucha gente del pueblo viajamos a la capital en el camión de Remigio, acompañando a Nuestra Señora del Rosario que procesionó por el Puente de la Trinidad, la calle Alfonso VIII y plaza Mayor hasta la Catedral. Y cómo no mencionar el 4 de noviembre de 1.961 la visita de la Virgen de Fátima, del vecino Portugal, todo el pueblo unido embelleciendo y engalanando fachadas, puertas y ventanas con olivos, arcos de sabina, alfombras de flores y las mozas de los cincuenta, ataviadas de serranillas con su cintilla y su mantilla y su jubón, ofrecían sus danzas al tejer las cintas multicolores que se trenzaban del palo sujetado por Loli, la del estanco, al son de esta letrilla.
Hoy de júbilo rebosa
este pueblo del Villar,
que la Virgen Peregrina
ha venido a visitar.
Tender, tender,
lavar, lavar,
tender la ropa
en el retamar.
Ahora, cada verano, las eternas tardes en el frontón jugando con hijos y nietos de amigos y vecinos, te paras y ves que en estos años, nuestro pueblo ha crecido, ha mejorado sus casas, sus calles y han sido remozadas la torre y el atrio de la Iglesia. La fragua y el herrador han dado paso a la gasolinera, dos talleres mecánicos y un almacén de bebidas. Pero siempre queda como signo de orgullo e identidad el "Pan del Villar".
Los pares de mulas, las hoces, los rastros y barchillas se han trocado por las segadoras Trepat, las atadoras Ajuria, los tractores amarillos Saca, las cosechadoras Claas y los potentes John Deere equipados con turbo, radio y aire acondiconado, para hacer más cómodo el trabajo. Nuestra Virgen dejó de ser carga sobre los hombros, descendiendo a una carroza reciclada de una furgoneta, permitiendo que las madres y abuelas le acerquen a los niños con más facilidad.
Un pueblo lo hacen sus gentes. No olvidemos la tradición, no dejemos de un lado nuestra historia, vayamos al encuentro de nuestras raíces. Contemos a nuestros hijos el origen de Nuestra Patrona.
Según la Tradición, fue en 1.205 cuando la Virgen del Rosario se apareció a Santo Domingo de Guzmán, está recogido es esta estrofa
¡Viva María!
¡Viva el Rosario!
¡Viva Santo Domingo!
que lo ha fundado.
Santo Domingo fundó la Orden de Predicadores de los Dominicos, grandes devotos de la Virgen del Rosario. La palabra rosario viene del latín (rosarium), significa "corona de rosas", María es considerada como un jardín de flores o la más bella flor.
Su rezo se fue extendiendo y el Papa San Pío V atribuyó la victoria de Lepanto acontecida el 7 de octubre de 1.571 a la intercesión de la Virgen, quedando establecida desde entonces hasta nuestros días el 7 de octubre la festividad de Nuestra Señora del Rosario, como podemos apreciar en cualquier calendario.
Una anécdota histórica, un conquense, el Conde de Priego D. Fernando Carrillo de Mendoza, fue designado para dar la noticia al Papa de la victoria de Lepanto.
El Papa Gregorio XIII en 1.573, para dar mayor solemnidad a Nuestra Patrona, trasladó su fiesta al primer domingo de octubre, como se celebra en nuestro pueblo desde tiempo inmemorial.
El Papa León XIII, en 1.883, estableció el mes de octubre como mes del Rosario invitando a rezarlo en todas las parroquias y especialmente en las iglesias que veneren esta imagen.
En Lourdes la Virgen se aparecía con el Rosario en las manos y en Fátima ella misma se proclamó como la "Virgen del Rosario".
El Papa actual Juan Pablo II tras los graves acontecimientos del 11 de septiembre de 2.001, nos dijo "Con motivo de la situación internacional actual, he invitado a las personas y a las comunidades a rezar el Rosario por la paz. Todo el mes de octubre está particularmente dedicado a esta bella oración, sumamente querida por el pueblo cristiano".
El rezo del Rosario ha sido una oración sencilla, signo de religiosidad popular, especialmente cuando toda la liturgia era en latín, fue fácilmente aceptada por los nativos en América y Filipinas.
A finales del siglo XVII, un ilustre hijo del Villar, Fray Miguel García, religioso perteneciente a la Orden de Predicadores de los Dominicos en Filipinas, profesor y más tarde obispo, recomendaba a sus familiares y paisanos la devoción a la Virgen. Parece ser que los cultos en honor de Nuestra Patrona, tuvieron entonces su nacimiento en esta villa, esforzándose la Venerable Hermandad de Nuestra Señora del Rosario en mantenerlos con esplendor y fomentar su devoción por todo el pueblo de Villar de Domingo García desde la última bautizada Macarena González hasta las casi centenarias Isidora y Carmen González, hermanas mayores este año.
Cada verano de regreso a nuestro pueblo, nos hacéis sentir el calor, el saludo y el aprecio sincero como si nunca hubiésemos salido de esta villa de hombres y mujeres trabajadores, hospitalarios, generosos y religiosos donde los haya; pero que saben hacer un alto en el camino para celebrar desde finales del siglo XX, tras consulta popular, estas fiestas de agosto, como una necesidad vital, liberadora, rompiendo la monotonía del trabajo cotidiano y permitiendo recuperar energías y reconciliarse con las cosas, con uno mismo, con Dios y también con el prójimo, María Madre de Rosario, nos invita hoy de una manera especial a seguir, humanizando el mundo.
¡Que reine la amistad, la alegría y sobre todo la paz, muchísima paz!
¡Que reine la justicia, la salud, la bondad y el amor!
¡Que por encima de rencillas reine la colaboración!
¡Que los bailes y la música alegren todos los corazones!
¡Que todas las peñas se diviertan con moderación!
¡Virgen del Rosario protege con tu manto a los mozos en el encierro!
Tuuuu. Tuuuu. Tuuuu. Tuuuu.
Virgen querida
Madre del Rosario,
hoy aquí tus hijos
juntos te adoramos.
Tú eres horizonte
en el continuo mirar,
el modelo más perfecto
que tenemos que imitar.
Protégenos día a día
guíanos al caminar,
a todos los que aquí estamos
y a tu pueblo del Villar.
Virgen del Rosario,
Virgen de mi amor,
nunca me abandones
Madre mía no.
VILLARENSES ¡VIVA LA VIRGEN DEL ROSARIO!
Villar de Domingo García 16 de agosto de 2.002
Antonio González Carballo.